domingo, 17 de mayo de 2009

ESTOY AQUÍ, ESTOY EN MÍ


“Feliz porque la experiencia de salir de tu país y refugiarte en otro diferente, ausente de tu cultura, lejano a tus costumbres, me enseñó a saber que puedo llegar a ser quien quiero ser”

Jorge Díaz Malpartida (24) es un joven trujillano que partió hace 2 años a los Estados Unidos con la finalidad de conocer y trabajar por un periodo de sólo 3 meses sin imaginar siquiera en la posibilidad de quedarse.

¿Qué fue lo que te motivó viajar a los Estados Unidos?
Lo mismo que a ti (risas). Por el programa de Intercambios Culturales que algunas agencias ofrecen me vine al estado de Wisconsin, condado de Jefferson para trabajar por tres meses, de paso conocer otro país y dicen que también te ayuda a madurar (aunque eso depende de cada persona). No sé si le pasará a todos los chicos que viajamos pero la finalidad para mí fue saber qué puedo llegar a hacer sólo y por mí mismo.

¿Te gustó tanto la vida en esos tres meses como para que te quedes de ilegal?
Pasó algo curioso, cuando llegamos siempre hay chicos que ya tienen decidido quedarse y usan ese programa para hacerlo, cosa contraria a mi caso porque yo no lo imaginé nunca. Mis amigos que dijeron que se quedaban se regresaron y yo me quedé. Y fue más que un gusto; al cabo del programa me ofrecieron otro trabajo, en ese momento comparé las vidas que tendría quedándome o estando Perú. Decidí quedarme teniendo en cuenta los riesgos de ser ilegal.


Como tomaron tus padres el hecho de que te quedes?
No se lo esperaban, quizás en algún momento les rompí el corazón y yo el mío por hacerles sentir mal. Ahora ya no lo toman mal, esperan a que regrese y siempre me mantengo comunicado con ellos, imagínate es mi familia. Se extraña mucho, eso no lo recompensa el dinero.


¿No has pensado en regresar por ese sentimiento de unión familiar?
Cuando decidí quedarme supuse que me pondría muchas veces a recordar Trujillo, mi familia, mis amigos, mi universidad, las discotecas, mi comida (puta mare… ya mi hiciste recordar…) Aquí estoy sólo pero es un proceso, vas conociendo gente y escogiendo a tus amigos, empiezas una nueva vida.


¿Hasta cuándo tienes pensado estar aquí?
Cinco años.


Vas dos…
Es cierto, me faltan tres.


¿Por qué tan seguro de que no te quedarás más? ¿Si te ofrecen un mejor trabajo?
Una meta es una meta. Mi plan me lo tracé el día que se me venció la visa de trabajo. Sólo 5 años para ahorrar el dinero que se pueda, regresar a mi ciudad e invertir en una empresa lucrativa. Con la ayuda de Dios seguro que lo hago.



¿Sabes que no podrás regresar más a los Estados Unidos?
No me importa no regresar, tendré una experiencia de vida de varios años aquí. Estoy viviendo cada momento como si fuera el último que tendré, preparándome para cuando regrese Perú.

¿Qué tipo de trabajo es el culpable para que te hayas quedado?
(Risas) Armo juegos para niños. Un americano me dio trabajo para que trabaje para él, luego me dijo que sea su socio, luego me dejó su empresa ahora soy el dueño. Sabes, el americano a diferencia del latino no es envidioso ni egoísta, si tu eres bueno puedes llegar a los más altos cargos. Sólo importa tu trabajo, no existen varas ni monopolios familiares.



¿Es bien remunerado ese trabajo?
¿Tú crees? Cada vez que armo un tipo de juego con materiales que una empresa asociada me brinda gano de 1000 a 4000 dólares, dependiendo del tamaño del juego y las temporadas. En verano, temporada alta se arman 5 juegos a más semanales. Gracias a eso me compré mi camioneta Ford (esa la utilizo para mi trabajo) y un Mitsubishi eclipse (para salir).

Guau… ¿No tienen una vacante libre? (risas) ¿Lo haces tú sólo o tienes ayuda?
La mayoría de veces le paso la voz a mis amigos para que me acompañen y me ayudan, luego les reconozco con algo o salimos de viaje o hacemos cualquier cosa. Esos amigos los conocí en una comunidad peruana que hay dentro de un equipo de futbol, todas las semanas jugamos contra comunidades de otros países.



Algo cambió tu vida en estos últimos meses ¿Cómo te sientes?
Leyla Huamancayo Briones… Es increíble cómo llegué hacia ustedes. Vinieron a Estados Unidos también por un programa, al mismo estado y cerca a la ciudad en donde vivo y por un amigo mío pero que viajó con ustedes llegué a su departamento. Fue uno de los mejores momentos los tres meses que compartí con todos, salir, conocer, me encantó ser su guía y me gustó más conocer a mi enamorada.



Para nosotros también fue un gusto haberte conocido, espero y regresemos antes de que se cumplan los 5 años, eso fue lo que prometimos. ¿Qué piensas de seguir con Leyla de lejos?
Cuando llegó el día que tuvo que partir decidimos seguir intentándolo, no es fácil para nada pero no queremos separarnos, es un gran apoyo para mí y espero que sigamos juntos hasta cuando regrese a Perú. Aparte ella tiene visa de turista y hemos planeado un par de viajes para vernos en sus vacaciones.



¿Te sientes orgulloso de ti?
Lo que he logrado lo he conseguido con esfuerzo propio, no me siento bien de haber lastimado a mi familia pero sé que ahora me entienden y me han perdonado. Tengo la seguridad de que realizaré mis sueños, si es que el de arriba también quiere eso y sí me siento orgulloso de mí, tengo mis defectos como todos y me falta mucho para ser grande pero creo que estoy en camino dé.

Gracias por compartir tu experiencia
Gracias a ti y a todos por haber llegado a mi vida, no los olvidaré y tenemos que vernos como sea si no es antes, en tres años en Trujillo, Perú.

jueves, 2 de abril de 2009

Construyendo momentos felices



VIVIR PARA VIVIR: Si no se hace de todo en esta vida para tratar de ser feliz, no es vivir, asegura Guadalupe Ramos; esposa, madre de dos jóvenes y administradora de You Event, empresa encargada de la organización de eventos sociales.

Ya que habla de ser feliz, ¿Qué es ser feliz para usted?
Háblame de tú para sentirme más joven (risas). Sinceramente, creo que la felicidad en su conjunto no existe. Es muy difícil tener todo lo que quisieras en un solo momento, lo que siento es que la felicidad la encuentras en todos los momentos reconfortantes, divertidos, preciosos y ricos para el alma. Eso lo construye cada uno y es mejor así. Y los problemas y malos ratos que pasamos… Se vuelven relativos y a medida que maduras y adquieres mayores responsabilidades se hacen más grandes y complicados, pero hay que tratar verlos desde afuera, así se hacen más sencillos para resolverlos.

¿Tuviste que superar muchos problemas antes de tener tu empresa?
Como todos, se tiene que perder, muchas veces volver a empezar y cuesta un poco. No siempre tuve la florería, empecé con una pequeña fuente de soda y luego con el dinero recaudado estuve a cargo de un chifa en el centro de la ciudad. Lamentablemente, lo perdí por negligencia mía, me confié, lo descuidé y fue consumido por la competencia. Mi familia pasó por una mala época en ese entonces.

¿Cómo llegaste a formar tu empresa?
Siempre estuve de acuerdo con la independencia laboral, no me veía trabajar para otras personas, siempre soñé con tener mi propia empresa. Cuando perdí los negocios, me nació el gusto por las flores y me di cuenta que tenía habilidad para trabajar con ellas. Mis pinitos fueron entre familia, compromisos, luego reuniones más abiertas y los conocidos me publicitaron con otras personas que se convirtieron en clientes.

¿Cómo está constituida tu empresa?
“You Event”, no sólo se dedica al rubro de arreglos florares, sino también abarca todo tipo de necesidades dentro de un evento social: buffet, decoración ambiental, música, actuamos como organizadores de eventos muchas veces y estamos conformados por un staff de personas con habilidades específicas e independientes, las cuales son el eje del desarrollo de la empresa.

¿Cómo se ve You Event en dos años?
Estoy segura que más decidido, más fuerte, la competencia es muy dura y sobretodo en esta rama de los eventos. Quiero que se publicite cada vez más y estoy trabajando con ello. Veo también a cualquiera de mis hijos apoyándome con la empresa y trabajando juntos o apoyándoles en lo que deseen lograr.

¿El apoyo de la familia fue importante para salir adelante?
Fue casi decisivo. Mi esposo estuvo al lado mío en todo momento, no me juzgó a pesar que sabíamos que el quiebre se debía a mi descuido, mis hijos eran adolescentes y me hicieron ver el problema más pequeño de lo que era. Les estoy muy agradecida por ello y por todo.
Después de una derrota laboral no todos tienen el empuje de salir adelante¿Cómo te consideras a partir de ello?
Tampoco es lo más difícil, es cosa voluntad, perseverancia y saber lo que quieres aunque en un momento difícil sé que todas las expectativas bajan y en algunos casos, desaparecen, se baja tu autoestima, como que sientes que tú también caíste, pero hacia arriba siempre, con fuerza, apoyo y decisión todo se puede.

¿Eres el único sustento de la familia?
No, mi esposo trabaja para Mahikari, es una organización religiosa, ambos trabajamos para darles educación a los niños, que ya no tienen nada de niños, nos ayudamos y tratamos de encaminarlos hasta donde podamos, luego las decisiones de hacer su vida independiente les corresponde a ellos.

¿Los chicos han adquirido alguna influencia de parte de ustedes para con su vida?
Si me hablas de responsabilidad o estudios es muy relativo, ellos solos han aprendido a mantener el ritmo de las clases, en cuanto a superar los pequeños conflictos, creo que lo saben hacer bien, confío en ellos y saben que pueden confiar en sus padres. Les gusta también la idea de ser independientes, por temporadas tienen trabajos y manejan su dinero como les convenga.

¿Qué valores y defectos te califican?
Soy perseverante con lo que quiero, creo que es mi mejor valor, también confío mucho en las personas y, a veces, no sé si eso pueda ser un defecto, ya que por confiada me han fallado muchas veces y no aprendo. Mis defectos…, un poco terca, lo suficiente diría yo.(risas)

¿Qué consejo le darías a la gente hoy por hoy?
Lo que siempre digo, hay que vivir cada día como si fuera el último de nuestras vidas, eso nos hará dar lo mejor de nosotros, ser mejor personas y, por lo tanto, vivir más momentos felices con nosotros mismos y con los demás.